La palabra Democracia proviene directamente del griego, y significa gobierno (kratos) del pueblo (demos).
Y en efecto, lo que entendemos por democracia se origina en la práctica
política de los antiguos griegos.
La unidad política entre ellos era la polis, término que da origen a la palabra política y que suele traducirse por ciudad-estado, indicando así el hecho de que cada ciudad en la antigua Grecia podía encarnar su propio Estado, con muy diferentes formas de gobierno, leyes e instituciones.
La cercanía de estas múltiples formas de gobierno, y la propia
genialidad de los griegos, generó un prolongado estudio y comparación de
las mismas, que dio origen a la filosofía política occidental.
Sin
duda, otros pueblos practicaron distintas formas de democracia, pero fue
esta asociación de práctica política democrática y permanente pensamiento crítico respecto de la misma, lo que moldeó y dio nombre a lo que se espera hoy de un régimen político democrático.
Para los griegos la Democracia era un sistema de gobierno que se oponía a otros dos: la oligarquía y la monarquía.
Para los griegos la Democracia era un sistema de gobierno que se oponía a otros dos: la oligarquía y la monarquía.
La monarquía es el gobierno en que una sola persona manda; mientras que la oligarquía es el gobierno de los 'pocos',
en que un grupo pequeño, generalmente los más pudientes, gobiernan.
Frente a estos sistemas, la Democracia se entendía como el gobierno de
todos, en el cual cada ciudadano ejercía de modo directo su voluntad
mediante votaciones en asambleas.
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